Alek (Klaus Maria Brandauer) era campeón de boxeo en la Unión Soviética, pero no pudo participar a los Juegos Olímpicos porque los soviéticos no dejaban ir a los judíos. Años después, emigra a los Estados Unidos, donde, trabajando como friegaplatos, se ha convertido en un hombre sin ilusión que empieza a darse a la bebida. Pero su vida cambia cuando conoce a dos boxeadores amateurs de Brooklyn y decide entrenarlos.