Según esta historia, la infame caza de brujas de Salem parte, en realidad, de un perverso plan, ideado por un par de ambiciosos gobernadores de la comunidad puritana para construir un gigantesco centro comercial. Con el fin de conseguir los terrenos necesarios, acordaron acusar de brujería a ciudadanos inocentes, quemarlos en la hoguera y confiscar sus tierras. Algo se les escapó y no contaron con que dos brujas de verdad se cruzarían en su camino.