Los ciudadanos y los marines se ven obligados a atacarse unos a otros en las calles de Dressrosa tras ser controlados por Doflamingo, que a su vez, tras enjaular a todos los habitantes de la isla, da inicio a un juego que consiste en matar a doce personas de una lista, con importantes sumas de dinero como recompensa. Esto provoca que muchos piratas que han sido liberados de ser juguetes, ahora sean enemigos de Luffy y sus aliados. Robin, Usopp, Sabo, Koala y Hack se dirijen a la fábrica de SMILE mientras Bartolomeo mantiene fuera a los juguetes liberados y Kin'emon sigue en busca de Kanjuuro. Franky deja la casa de los juguetes y se va a destruir la fábrica, mientras Trébol y Diamante se dirigen al palacio por orden de Doflamingo. Luffy promete a Rebecca dar una paliza a Doflamingo.